Thor

El "Atronador"

 

    Thor (Thórr, Thunar, anglosajón Thunor, alemán donner, Trueno) que ha dado su nombre al jueves (Thrusday, Thor'sday) es el dios principal después de Odín.   Es el dios de la primavera, y subyuga los gigantes del frío.   Según algunos mitólogos es el hijo de Jörd (Erda) y de Odín, pero otros afirman que su madre era Figga, la reina de los dioses.  

    Ya de pequeño se destacó por su gran tamaño y fuerza; por eso, su madre incapaz de controlarlo, lo enviaba lejos de su hogar y confiaba su cuidado a Vingnir (el alado) y a Hlora (calor).   Estos padres adoptivos, que eran también considerados como la personificación de los relampagos difusos, pronto lograron controlarle y le criaron tan sabiamente que los dioses guardaron un recuerdo muy agradecido de sus amables servicios.

   Thor lleva una barba roja, su naturaleza es de fuego, le ciñe un cinturón de fuerza, su mano blande un martillo, conduce un carro tirado por dos cabras cuyos cascos y dientes echan chispas de fuego; la nube escarlata refleja sus ojos llameantes; lleva sobre la cabeza una corona de estrellas; la tierra reposa bajo sus pies y lleva las huellas de sus poderosos pies.   Es llamado Asathor y también Akethor (de Aka, cabalgar.  Esta es la explicación habitual basada en la Nueva Edda.   unas explicaciones más recientes demuestran que se llamaba OEku-thor, corrupción de Ukko-Thor.   Ukke es de origen finlandés y es el nombre del dios del trueno de las tribus Tshidic), es el más fuerte de los dioses y de los hombres.   Es prodigiosamente fuerte y terrible cuando se irrita; pero, tal como sucede frecuentemente entre los hombres dotados de un gran vigor, su fuerza se alía con un buen carácter totalmente inofensivo.   Su reino se llama Thrudvang y su morada Bilskirner: contiene quinientas cuarenta salas.   Es la mayor casa que jamás se haya construido.   Así se expresa la Vieja Edda en el canto de Grimmer:

"Quinientas salas
y cuarenta más
Según me parece,
Se hallan en Bilskirner;
Entre las casas sin techo
No hay ninguna, pienso
Que sobrepase la de mi hijo."

    El carro de Thor está tirado por dos cabras llamadas Tangnjost y Tanngrisner.   Es llamado Akethor (Cochero-Thor) porque conduce este carro.   Posee tres objetos muy valiosos.   El primero es un martillo llamado Mjolner, que los gigantes del frío, al igual que los de las montañas, conocen a sus expensas cuando lo ven lanzado en su contra por los aires; y no es sorprendente pues este martillo ha hendido más de un cráneo de sus padres y de sus parientes.   La segunda cosa rara que posee es el llamado cinturón de fuerza o de valentía (Megingjarder).   Cuando lo ciñe, su fuerza divina se duplica.   El tercer objoto preciado que posee es su guantelete de hierro, con el que está obligado a cubrir su mando cuando coge el mango de su martillo.   Nadie es lo suficientemente sabio para relatar todas las hazañas de Thor.

Thor es el padre de Magne, cuya madre es Jarnsaxa, y de Mode.   Es el esposo de Sif y el padrastro de Uller; es el protector de Asgard y de Midgar, y a menudo se lo llama Midgardsveor; sus siervientes son Thjarfe y su hermana Roskva.

Sif, la de cabellos dorados

    Sif, esposa de Thor, estaba muy orgullosa de su espléndida cabellera dorada, que la cubría desde la cabeza a los pies como un brillante velo; también ella era un símbolo de la Tierra, pues se decía que su pelo representaba el césped largo o el grano dorado que cubría las tierras de cosecha del Norte.  

    Thor estaba también muy orgulloso del hermoso cabello de su esposa; por tanto, es de imaginar su consternación cuando se la encontró una mañana trasquilada, tan calva y carente de ornatos como la tierra cuando el grano ha sido recogido y no quedan más que rastrojos.   En su furia, Thor se alzó sobre sus pies y juró que castigaría al que hubiese cometido tal atrocidad, del que inmediata y correctamente conjeturó que era Loki, el malicioso conspirador, que siempre estaba a la busca de algún acto malvado que cometer.   Tras coger su martillo, Thor se fue en busca de Loki, el cual intentó evadir al airado dios cambiando de forma.   Pero fue inútil, pues Thor le alcanzó pronto, cogiéndole por el cuello y casi estrangulándole, antes de ceder ante sus súplicas y soltarle.   Cuando recuperó el aliento, Loki imploró el perdón, pero sus ruegos fueron en vano, hasta que prometió procurarle a Sif una nueva cabellera, tan bella como la primera y tan profusa en longitud.

"Y por consiguiente le traeré a Sif nuevas trenzas
de oro, antes de que la luz del día se haya ocultado,
para que ella pueda parecerse a una pradera en primavera,
con su prenda de flores amarillas."

                     Los Enanos, Oehlenschläger

    Solo entonces dejó Thor marchar al taidor; Loki reptó por las entrañas de la tierra, donde se encontraba Svart-alfa-heim, para suplicarle al enano Dvalin que le fabricara no sólo la preciosa cabellera, sino también un regalo para Odín y Frey, cuya furia deseaba aplacar.   Su petición fue recibida favorablemente, y el enano fabricó al lanza Gungnir, que nunca erraba su objetivo, y el barco Skidbladnir, el cual, aarastrado siempre por vientos favorables, podía navegar por el aire al igual que por el agua, además de poseer la propiedad mágica de, aunque conteniendo a los dioses y a todos sus corceles, poderse doblar hasta alcanzar un tamaño tan diminuto que cabía en un bolsillo.   Finalmente hilvanó una bellísima hebra de oro, de la que fabricó la cabellera requerida para Sif, declarando que tan pronto como tocara su cabeza crecería rápidamente desde allí como si fuera su propio pelo.

El Culto a Thor

    El nombre de Thor se dio a muchos de los lugares que él solía visitar, como el puerto principal de las islas Feroe, y a las familias que afirman ser sus descendientes.    Todavía existen tales nombres, como Thunderhill ("Colina del Trueno") en Surrey, y en nombres familiares como Thorburn y Thorwaldsen, pero es incluso más llamativo en el nombre de uno de los días de la semana, Thursday ("jueves" en inglés, que significa literalmente "el día de Thor").

"¡Sobre toda la tierra
existe todavía el día de Thor!"

 Saga del rey Olaf (Longfellow)

    Thor era considerado como una deidad preeminentemente benévola, y por esa fazón era tan venerado en todas partes, y se le dedicaron templos en Moeri, Hlader, Godey, Gothland, Upsala y otros sitios, donde la gente nunca faltaba a invocarle por un año favorable durante Yule-tide, su principal festival.   Era costumbre en esa ocasión el qumar un gran tronco de roble, su árbol sagrado, como emblema del calor y de la luz del verano, que ahuyentaría la oscuridad y el frío del invierno.

    Las novias se vestían invariablemente de rojo, el color preferido de Thor, que era considerado emblemático del amor, y por la misma razón los anillos de compromiso en el Norte eran por lo general hechos con una piedra roja.

    Los templos y las estatuas de thor, como las de Odín, estaban hechos de madera, y un gran número de ellos fueron destruidos durante el reinado del rey Olaf el Santo.   Según las antiguas crónicas, este monarca convertía a la fuerza a sus súbditos.   Estaba especialmente irritado con los habitantes de cierta provincia, pues ellos rendían culto a una tosca imagen de Thor, que habían engalanado con ornamentos de oro, y ante el cual colocaban comida todas las tardes, declarando que el dios se lo comía, pues no quedaba rastro de ella a la siguiente mañana.

    Esta gente, a la que se reclamó en el año 1030 que renunciaran a su ídolo en favor del verdadero Dios, prometió acceder si la mañana amanecía nublada; Olaf pasó toda la noche orando ferforosamente, a lo que siguió un día nublado, pero la obstinada gente declaró que aún no estaba convencida del poder de su Dios y que sólo creerían si el Sol brillaba al día siguiente.

    Una vez más pasó Olaf la noche orando, pero al amanecer, para su gran disgusto suyo, el cielo estaba encapotado.   Sin embarbo, reunió a la gente alrededor de la estatua de Thor y, tras ordenar secretamente a sus asistente principal que destruyera el ídolo con su hacha de guerra cuando la giganta hubiese desviado la mirada por un momento, comenzó a hablarles.   Súbitamente, cuando todos estaban escuchándole, Olaf apuntó hacia el horizonte, donde el Sol estaba abriéndose paso lentamente entre las nubes y exclamó: "¡Contemplad a nuestro Dios!" Toda la gente se giró para ver lo que quería decir, y el asistente aprovechó esta oportunidad para destruir el ídolo, que cedió fácilmente a sus golpes, y una multitud de ratones y otras alimañas se dispersaron rápidamente desde su interior hueco.   Viendo ahora que la comida colocada ante el dios había sido devorada sólo por animales dañinos, la gente dejó de venerar a Thor y aceptó definitivamente la fe que el rey olaf había intentado durante tanto tiempo imponerles en vano.

 

 

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