FRIGGA 

Reina de los Aesir

 

 

    Hija de Odín y de Jord, acabó por convertirse en la segunda esposa de su padre, siendo su favorita, a continuación, Frigga se convirtió en la diosa del amor marital y de la fidelidad.

Al igual que su padre y marido, Frigga también conocía el futuro, pero prefería este fuera desconocido, aunque sabia que el Ragnarok llegaría, se contentaba con el tiempo que le habían concedido.

Dentro de su palacio, Fensalir, había incrustada una rueca, con la que Frigga fabricaba las nubes. Mientras el Asgard era el lugar de reposo para los luchadores, Fensalir lo era para las parejas casadas cuyo amor fuera puro.

Frigga era representada como una diosa vanidosa, con lo cual es normal que tuviera una ayudante para vestirse y acicalarse, se llamaba Fulla y era su hermana, la cual se convertiría en la diosa de la agricultura, otra de las ayudantes de Frigga era Hlin, diosa del consuelo, ella calmaba los llantos de aquellos que estaban en duelo. 

    La mensajera de Frigga era Gna, que era equivalente a los cuervos de Odín, viajaba por los nueve mundos informando posteriormente a Frigga de lo que había visto. Syn era la guardiana del palacio.

    Eira era la diosa de la medicina, se aseguraba de que la reina se curara rápidamente de cualquier enfermedad. Vara era la supervisora de los juramentos, y si alguien transgredía una promesa lo castigaba severamente.

El engaño de Odín

Aunque era imposible engañar a Odín, Frigga era capaz de ponerle una venda en los ojos de vez en cuando.

Un día estaba la pareja viendo una guerra entre los vándalos y los winilers, los segundos habían suplicado la ayuda de Frigga, y los primeros la de Odín.

    Frigga pregunto a Odín a cual de los dos bandos ayudaría, y este contesto que a los primeros que viera cuando se despertara de la siesta, Odín se acostó mirando a los vándalos y Frigga supo que ya había decidido, entonces dio la vuelta a la cama y cuando Odín despertó, vio a los winilers.

    Odín se dio cuenta del engaño, pero como iba en contra de su naturaleza, no se echó atrás y cumplió con su palabra.

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