Los demonios del mar 

     Pontos (la Ola)  tuvo como primogénito a Nereo, a quien se llama el Viejo del Mar, porque es leal y benigno a la vez, sin olvidar jamás la equidad.     También Pontos engendró con Gea, a Taumas, que más tarde fue el padre de la diosa Iris, encarnación del arco iris y mensajera de los inmortales; luego a Forcis. 

    Por su parte Nereo se unió con Doris, una de las hijas de Océano, que le dio las Nereidas, cuyo número varía según las tradiciones: más frecuentemente, se cuentan cincuenta, pero a veces son el doble. 

    Entre las Nereidas sólo algunas han recibido una leyenda en particular: Tetis, la madre de Aquiles, y Anfitrite, la esposa del Olímpico Poseidón, dios del mar, y la siciliana Galatea.     Las Nereidas jóvenes y bellas, pasan su tiempo eterno, hilando y cantando en el palacio de oro de su padre. 

     Taumas hijo de Pontos, ha engendrado a la Arpías, Aelo y Ocipete (la borrasca y la vueladeprisa) a las que a veces se añade una tercera hermana, Cileno (la Oscura).

    Estas Arpías son genios malhechores, cuando caen sobre el mar, con toda la velocidad de sus alas, nada les aguanta: Lo arrancan todo a su paso.     Se las representa semejantes a pájaros de presa, con garras agudas, y se asegura que viven en las islas Estrofadas, en el centro del mar Jónico. 

     Las tres viejas del mar son: Las Greas (Enio, Pefredon y Dino.   Viven en el Extremo Oriente, en un país cubierto de brumas, donde nunca sale el sol.     Sólo tenían un ojo y un diente las tres, sirviéndose de ellos por turno). 

    Las tres Greas eran hermanas de otros tres monstruos, las Gorgonas, llamadas Esteno, Euríala y Medusa. 

    Medusa era la única mortal entre las tres. 

    Las gorgonas eran horribles, estaban armadas con grandes defensas semejantes a las de los jabalíes:     Sus ojos chispeaban y su mirada era capaz de convertir en piedra a quien tuviera la osadía de mirarlas fijamente.     Su cabellera era hecha de serpientes, y alas de oro les permitían volar, vivían en los confines del mundo. 

    Perseo da muerte a Medusa quien había sido fecundada por Poseidón. 

    De su cuerpo al morir, surgen dos seres: Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el héroe de la espada de oro, que a su vez, engendró al gigante Gerión el de los tres cuerpos, víctima de Heracles (Hércules) y también a Equidna (la Víbora), un monstruo aterrador que se unió a Tifón y le dio hijos: El monstruo perro Ortros, compañero de Gerión, Cerbero, el perro que guardaba los Infiernos, la Hidra de Lerna, que había de ser muerta por Heracles, y la Quimera, a la que más tarde combatiría Belerofonte. 

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